Industria alimentaria tras el covid-19



Quito, julio 19.- Una de las industrias que sufrió mayor impacto por la pandemia de coronavirus fue la cadena alimentaria. Si bien es cierto, algunas industrias cuentan con expertos en el área de higiene y planes de contingencia, frente a este virus nadie estuvo preparado. El covid-19 obligó a las empresas a tomar medidas de aislamiento social con su personal, como medida de prevención.

La industria alimentaria tuvo que desarrollar un plan de contingencia frente al covid-19, que aportara al bienestar de los trabajadores y que garantizara que la cadena de producción no se detuviera. Se tomaron acciones para frenar el contagio de sus trabajadores, para garantizar el suministro de alimentos y para prever acciones en caso que la situación fuera crítica con su personal y los contagios.

 Adicionalmente, la industria realizó otro plan para identificar posibles interrupciones en el suministro de materias primas e insumos y en general en toda la cadena alimentaria, para tomar las medidas adecuadas. Bajo un escenario de trabajo remoto, en el que los líderes de calidad, saneamiento, gestión de la inocuidad, entre otros, trabajaron desde sus casas o con aforos reducidos en las plantas. 

El coronavirus no solo dejó problemas sanitarios, sino que también afectó la economía del país y el sector alimenticio no fue la excepción. En Bioalimentar, por ejemplo, empresa que produce alimento balanceado para más de 20 especies y también huevos de consumo humano, la producción se redujo por lo que se tuvo que reducir la nómina momentáneamente. Sin embargo, de ello, los equipos de logística y seguridad física coordinaron eficazmente entregas y donaciones de alimento para sectores vulnerables.  Afortunadamente se mantuvo la producción y entrega de producto a nivel nacional, logrando el objetivo de no afectar a los productores pecuarios. 

Un año después de la llegada del coronavirus al país, Bioalimentar pudo reintegrar al personal que fue despedido, garantizando su bienestar y el de su familia. Además, sus colaboradores del área de calidad y salud han fortalecido su compromiso de entregar productos de alta calidad, resguardando la vida de cada uno de los que trabaja en la empresa de manera aún más firme.

No obstante de este refuerzo por recuperarse y aportar a la economía del Ecuador, el sector ahora afronta un problema mucho más grande sobre los precios. Debido a la pandemia, varias de las materias primas usadas en las fórmulas de alimentación pecuaria como la soya, el maíz, el aceite de palma, etc., han aumentado su costo hasta un 20%, lo que ha hecho que sea insostenible mantener los precios en la elaboración de balanceado. Por ahora el único escenario posible para salir de esta pequeña crisis financiera es que estos precios sean controlados por las autoridades principales a escala nacional e internacional.



 






Comentarios

  1. El mantenimiento de los equipos puede ser beneficiado por la adopción de nuevos conceptos. Sensores que controlan las máquinas capaces de detectar pequeñas desviaciones permiten un mejor funcionamiento y anticipar las acciones de las formadora hamburguesas.

    Esto proporcionará un aumento significativo en la disponibilidad y evita las pérdidas por el tiempo de inactividad. El experto considera que otra ventaja de la industria 4.0 es que impulsa el suministro, algo que, para la industria alimentaria, depende de varios segmentos de materias primas y que tienen una importancia crucial.

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