PACIENTES CON DIABETES DEBEN TENER MÁS CUIDADOS FRENTE AL COVID-19

• La diabetes es la segunda causa de muerte en Ecuador

• Los pacientes con diabetes deben tener medidas adicionales para evitar complicaciones

• Es de vital importancia mantener un buen estilo de vida y no abandonar sus tratamientos

Ecuador, junio 2020. El COVID-19 representa un verdadero riesgo para los pacientes con diabetes, una enfermedad que, hasta el 2019, fue la segunda causa de muerte en el país, solo superada por las enfermedades isquémicas del corazón.

En Ecuador, según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) 1 de cada 10 ecuatorianos, de entre 50 y 59 años, padece de diabetes lo cual representa un problema prioritario de salud pública, más aún con la llegada de la pandemia.

Un tema que fue ampliamente discutido por médicos de toda la región durante el Congreso Internacional de la Asociación Americana de Diabetes (ADA), en donde los especialistas aseguraron que este tipo de pacientes deben tener más cuidados frente al COVID-19, pues se ha demostrado que este virus genera mayores complicaciones, incluido la mortalidad, en pacientes con morbilidades previas, principalmente la Diabetes Mellitus.

De acuerdo al Doctor Mario Gonzaga, gerente médico de la división de Diabetes y enfermedades Cardiovasculares en SANOFI, los pacientes con diabetes no solo deben cumplir, irrenunciablemente, con las medidas de prevención contra el COVID-19, sino que deben tomar otras medidas para cuidar su salud en caso de cuarentenas o contagios.

“Las personas con Diabetes Mellitus, al ser parte del grupo de riesgo, debe tener cuidados especiales, las recomendaciones que se emiten ampliamente al público en general son doblemente importantes para las personas que viven con diabetes y para cualquier persona que esté en contacto cercano con personas que viven con diabetes”, afirma Gonzaga.

Además, de las medidas propias de prevención del COVID-19, los expertos señalan que los pacientes con diabetes deben:

• Asegurarse de tener a mano todos los datos de contacto e información relevante en caso de que se enferme, como su médico tratante y medicamentos necesarios.

• Prestar especial atención al control de glucosa. El monitoreo regular puede ayudar a evitar complicaciones causadas por niveles altos o bajos de glucosa en la sangre.

• Si se presentan síntomas similares a los de la gripe (temperatura elevada, tos, dificultad para respirar), es importante consultar a un profesional de la salud. Si está tosiendo flema, esto puede indicar una infección, por lo que debe buscar asistencia médica y tratamiento de inmediato.

• Cualquier infección aumentará los niveles de glucosa y aumentará la necesidad de líquidos, así que se debe asegurar de poder acceder a un suministro suficiente de agua.

• Cerciorarse de tener un buen suministro de los medicamentos para la diabetes que necesita. Piense en lo que necesitaría si tuviera que ponerse en cuarentena durante algunas semanas.

• Tener acceso a suficientes alimentos.

• Asegurarse de poder corregir la situación si su glucosa en la sangre cae repentinamente.

• Si vive solo, asegurarse de que alguien en quien pueda confiar sepa que tiene diabetes, ya que puede necesitar asistencia si se enferma.

• Mantenga un horario regular, evite el exceso de trabajo y tenga una buena noche de sueño.

• Cuide su alimentación.

Además, es de gran importancia que no se descuide continuar con tratamientos adecuados. Los pacientes que padecen de esta dolencia, principalmente, se inyectan insulina para compensar su desequilibrio hormonal.

Uno de los principales retos a los que se exponen los pacientes de diabetes es que los tratamientos con insulina pueden generar hipoglucemia (bajo nivel de azúcar en la sangre), lo cual genera un “bajón anímico”, además del miedo del paciente para ingresar en la terapia de insulina.

Ante ello, hoy se han desarrollado nuevas tecnologías de tratamiento para la Diabetes Mellitus Tipo 1 y Tipo 2, que permiten mejorar la calidad de vida de los pacientes y disminuir la incidencia de la hipoglucemia, como el uso de insulinas basales de segunda generación e inclusive el uso de combinaciones de inyectables como Insulina Basal + un análogo de los receptores de GLP1.

Por todo lo expuesto se reitera la importancia de que los pacientes con diabetes se protejan y accedan a tratamientos adecuados durante esta emergencia sanitaria.

Tipos de diabetes

Diabetes de tipo 1

La diabetes de tipo 1 (también llamada insulinodependiente, juvenil o de inicio en la infancia) se caracteriza por una producción deficiente de insulina y requiere la administración diaria de esta hormona. Se desconoce aún la causa de la diabetes de tipo 1 y no se puede prevenir con el conocimiento actual.

Sus síntomas consisten, entre otros, en excreción excesiva de orina (poliuria), sed (polidipsia), hambre constante (polifagia), pérdida de peso, trastornos visuales y cansancio. Estos síntomas pueden aparecer de forma súbita.

Diabetes de tipo 2

La diabetes de tipo 2 (también llamada no insulinodependiente o de inicio en la edad adulta) se debe a una utilización ineficaz de la insulina. Este tipo representa la mayoría de los casos mundiales y se debe en gran medida a un peso corporal excesivo y a la inactividad física.

Los síntomas pueden ser similares a los de la diabetes de tipo 1, pero a menudo menos intensos. En consecuencia, la enfermedad puede diagnosticarse solo cuando ya tiene varios años de evolución y han aparecido complicaciones.

Hasta hace poco, este tipo de diabetes solo se observaba en adultos, pero en la actualidad también se está manifestando en niños.

Diabetes gestacional

La diabetes gestacional se caracteriza por hiperglucemia (aumento del azúcar en la sangre) que aparece durante el embarazo y alcanza valores que, pese a ser superiores a los normales, son inferiores a los establecidos para diagnosticar una diabetes. Las mujeres con diabetes gestacional corren mayor riesgo de sufrir complicaciones durante el embarazo y el parto. Además, tanto ellas como sus hijos corren mayor riesgo de padecer diabetes de tipo 2 en el futuro.

Suele diagnosticarse mediante las pruebas prenatales, más que porque el paciente refiera síntomas.

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